viernes, 3 de octubre de 2008

Me pasó un tres de octubre

Las cosas suceden. Las circunstancias se dan.
Sin creer en las predestinaciones, no hay duda de que al andar encuentras caminos que se cruzan. Al tener al frente esa encrucijada, debes tomar una determinación. ¿Cuál vereda tomar?, sin olvidar que también decides cuando te regresas o dejas de vagar.
Esa tarde hubo dos en la misma intersección. A pesar de la timidez y de las dificultades para verbalizar lo que sentían, se decidieron a caminar juntos. Pasó lo que tenía que pasar.
A mi me ocurrió un tres de octubre. Doy gracias a Dios por lo que me pasó.

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