viernes, 31 de octubre de 2008

Kakuro y Sudoku

La satisfacción de completar correctamente un Sudoku, proporciona un placer difícil de describir.
Parecería que llenar cuadritos con números no sería causa para generar sensaciones agradables, pero el hecho de gozar algo, tiene su propia lógica.
Aparentemente no habría razón para que se disfrute el estar tragando humo, el tomar bebidas que hacen que arda la boca o el hecho de intercambiar con alguien fluidos corporales. Sin embargo, todo eso puede resultar un deleite.
Ya tengo muchos meses divirtiéndome con el Sudoku y pienso seguir haciéndolo. La novedad es que esta semana descubrí el Kakuro. Otro pasatiempo adictivo.
Probablemente dedicaré muchas horas de mi vida a resolver crucigramas con los dígitos del uno al nueve, tratando de cuidar de que no se me haga el vicio. O si acaso, nomás tantito.

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