martes, 16 de agosto de 2011

La política

Me siento identificado con la referencia a la política que hace Mario Vargas Llosa en "El sueño del celta".

Hablando de Roger Casement, el protagonista de su novela, dice lo siguiente:
"A él, la política le despertaba sentimientos contrarios. Por una parte, lo hacía vivir con una intensidad desconocida -¡por fin se había volcado en cuerpo y alma en Irlanda!-, pero lo irritaba la sensación de pérdida de tiempo que le daban las interminables discusiones que precedían y a veces impedían los acuerdos y la acción, las intrigas, vanidades y mezquindades que se mezclaban con los ideales y las ideas en las tareas cotidianas. Había oído y leído que la política, como todo lo que se vincula al poder, saca a veces a la luz lo mejor del ser humano -el idealismo, el heroísmo, el sacrificio, la generosidad-, pero, también, lo peor, la crueldad, la envidia, el resentimiento, la soberbia. Comprobó que era cierto".

Toda mi vida he convivido con políticos y ciudadanos que hacen política. Afortunadamente, la gran mayoría de los que conocí en mi infancia y primera juventud, fueron hombres y mujeres de convicciones, valores y congruencia. Varios de ellos, siguen siendo para mi un ejemplo a seguir.

Hoy mantengo la esperanza de que podemos construir un México mejor, porque soy testigo de que existen muchos ciudadanos y servidores públicos comprometidos con mi país. Gente que hace política de la buena.

De los lobos con piel de oveja... ¡Mejor no hablar!

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