martes, 27 de enero de 2009

El Pozolero, Marcelo Ebrard y Juan Pablo II

Con motivo del 30 aniversario de la primera visita del Juan Pablo II a México, el Jefe de Gobierno de la Ciudad asisitió a una ceremonia en la que se develó una estatua del Papa viajero.
Sin duda que los tiempos están cambiando. Que bueno que los gobernantes de mi país ya no tienen miedo a salir fotografiados junto con los líderes de las iglesias, en actos públicos.
Personalmente, hubiera preferido que en lugar de develar una estatua, Ebrard le rindiera homenaje a Juan Pablo II, tomando medidas para evitar que en esta ciudad se sigan matando "legalmente" a niños indefensos.
Coincide en tiempo la noticia, con la información referente a la detención de "El Pozolero", el fulano que se encargaba de hacer desaparecer los cuerpos de los muertos que le llevaban, con ácidos y químicos.
Hasta donde alcanzo a apreciar, en los medios de comunicación se han preocupado por la forma en que se trataba el cuerpo de algunos muertos, pero no he visto que cause indignación la forma en que se trata a los niños no nacidos, que estando vivos, también terminan en bolsas de desechos.
Es mucho más grave lo que hacen los aborteros que lo que hacía El Pozolero. Pero lo primero resulta legal, según nuestra Suprema Corte, y de ello se manifiesta orgulloso el Jefe de Gobierno.
No quisiera que hubiera aborteros ni pozoleros. Ni uno ni lo otro es bueno. Preferiría que pudieramos ponernos de acuerdo en la forma de respetar la vida, y construir condiciones para que se viva con dignidad, tal y como lo proponía Juan Pablo II.


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