martes, 27 de enero de 2009
El Pozolero, Marcelo Ebrard y Juan Pablo II
Sin duda que los tiempos están cambiando. Que bueno que los gobernantes de mi país ya no tienen miedo a salir fotografiados junto con los líderes de las iglesias, en actos públicos.
Personalmente, hubiera preferido que en lugar de develar una estatua, Ebrard le rindiera homenaje a Juan Pablo II, tomando medidas para evitar que en esta ciudad se sigan matando "legalmente" a niños indefensos.
Coincide en tiempo la noticia, con la información referente a la detención de "El Pozolero", el fulano que se encargaba de hacer desaparecer los cuerpos de los muertos que le llevaban, con ácidos y químicos.
Hasta donde alcanzo a apreciar, en los medios de comunicación se han preocupado por la forma en que se trataba el cuerpo de algunos muertos, pero no he visto que cause indignación la forma en que se trata a los niños no nacidos, que estando vivos, también terminan en bolsas de desechos.
Es mucho más grave lo que hacen los aborteros que lo que hacía El Pozolero. Pero lo primero resulta legal, según nuestra Suprema Corte, y de ello se manifiesta orgulloso el Jefe de Gobierno.
No quisiera que hubiera aborteros ni pozoleros. Ni uno ni lo otro es bueno. Preferiría que pudieramos ponernos de acuerdo en la forma de respetar la vida, y construir condiciones para que se viva con dignidad, tal y como lo proponía Juan Pablo II.
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domingo, 18 de enero de 2009
¡Será en Italia!
Tratará sobre la familia, el trabajo y la fiesta.
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sábado, 17 de enero de 2009
En el EMF 2009
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domingo, 11 de enero de 2009
Correr sin rumbo
Recordábamos, en otro espacio, la historia del elefante de circo que no era capaz de liberarse, a pesar de que solamente estaba amarrado con una cadena atada a una estaca clavada en el suelo, porque se había acostumbrado a vivir así.
Hace unas semanas, hubo una elefanta de circo que se decidió a ser libre. (Nota en El Universal).
Hildra, la elefanta de nuestra historia, se dio cuenta que ya había crecido, que ya tenía la fuerza necesaria para escaparse y procedió en consecuencia. Hildra se convirtió en la heroína de los elefantes. Había sido capaz de romper el mito. En un acto audaz, conquistó la libertad.
Una vez emancipada, se agarró a trotar sin rumbo. Corrió, corrió y corrió hasta que fue a chocar con un autobús de pasajeros. Hildra ganó su libertad, ¡para morir atropellada por un camión!
Sirva la historia de Hildra para recordar que la libertad, sin responsabilidad y rumbo, nos lleva al matadero.
martes, 6 de enero de 2009
Dejad que los niños vengan a mí
Busqué a mi hijo para compartirle la triste noticia e invitarlo a rezar juntos un misterio del Rosario. Me escuchó con atención y con tranquilidad me respondió: ¡Ya está con Dios!
Luego, comenzaron algunas preguntas de niño, que no tienen respuesta de adulto.
¿Por qué se muere la gente?, preguntó.
Porque Dios los llama, intenté responder.
¡Ah!, es que Dios los quiere cerca porque necesita que le ayuden, dijo el niño con entusiasmo.
Intenté explicarle que su afirmación no era del todo precisa. Dios es todo poderoso y no necesita que le ayuden, pero si quiere que colaboremos. Nos pide que lo hagamos, aunque no lo necesite. Aunque a lo mejor el niño tenía la razón.
Rezamos el Padre Nuestro y las diez Avemarías. Mi niño se levantó para seguir jugando. Yo me quedé dándole vueltas en mi cabeza al asunto… Tenemos la certeza de que sucederá; No sabemos el día ni la hora; ¿Por qué ese niño?, ¿Por qué esa familia?; ¿Es el mismo amiguito del que nos habían comentado que estaba enfermo?; ¿por qué suceden estas cosas?; ¿cuándo me tocará?; ¿estoy preparado?
Pensar en la muerte asusta. Mi hijo me ha compartido sus temores y veo que el también a seguido dándole vueltas al tema. Pero, nadie muere en la víspera, me recordó una amiga el día del año nuevo. El Señor recoge los frutos cuando están maduros. Ni un día antes, ni un día después.
También los niños mueren. También los pequeños son llamados… Debemos dejar que vayan a Él.